El concepto de guerra proxy llega también a la política valenciana. Empujar a una guerra contra el enemigo, pero en un país "amigo" para evitar que las bombas caigan al lado de tu casa. El objetivo es sencillo: aumentantar la dependencia económico-militar de tu aliado mientras aniquilas a tu enemigo sin mancharte las manos. Guerras híbridas que no sólo utilizan la fuerza militar, sino todo tipo de herramientas económicas, financieras y comunicativas con el objetivo de derribar al adversario en todos los frentes.
Esto viene muy bien para explicar lo que está pasando con el Servicio de Bomberos Forestales. Buscando una simetría, los bomberos forestales seríamos el enemigo y la SGISE el territorio "aliado" que está en manos de VOX, donde lanzar las bombas. El PP sería la potencia que empuja a un conflicto en el que ni si quiera va a mancharse las manos. La artillería mediática no ha dejado de disparar en redes y en sede parlamentaria, mientras se articulan todo tipo de medidas contra el adversario: recortes presupuestarios, declaraciones difamatorias, despidos y cese de encomiendas.
No es casualidad que la SGISE sea el foco de todos los males. Hasta 14 entidades tuvieron una calificación desfavorable en el último informe de la Intervención de la Generalitat.
La clave está en que la SGISE es ahora la mercantil de VOX y en ese terreno, para el PP es más fácil librar una batalla y esquivar las balas. Poniendo en el punto de mira a esta entidad conseguían abatir varios blancos a la vez.
Por un lado, abren la puerta a revertir la subrogación del personal. Porque el PP no quiere gestionar este servicio. Mientras estuvo en el poder se encargó de mantenerlo subcontratado a Tragsa donde alcanzamos las cotas más altas de miseria y explotación. Los que ahora se toman tan en serio los informes de la Sindicatura, estuvieron años ignorando sus indicaciones que señalaban una y otra vez la irregularidad que suponía recurrir a medios propios para nutrir las carencias de personal de la Generalitat.
Por otro lado, la lógica nos dice que están preparando el camino para que si repite legislatura, ya sin VOX en el Consell, puedan quitarnos de en medio con facilidad. Y aquí está la clave de la guerra proxy: dejemos que sea nuestro "aliado" quien se exponga a la batalla que se va a desatar. Es un ganar-ganar: desgaste político y mediático para VOX y también para los profesionales del servicio. VOX sería el sicario encargado de dar el tijeretazo a un servicio que está ya herido de muerte, enfrentándose a los profesionales mientras el PP observa plácidamente desde el escaño.
Por todo ello, en un principio sí que había una estrategia de dejar caer al servicio, haciendo una interpretación de parte de los informes de la sindicatura que les permitiera amputar áreas esenciales de la encomienda. Y ¿quién tomó esas decisiones? Coroneles del PP metidos en el consejo de administración con rango de secretarios y subsecretarios autonómicos. Es la parte híbrida de esta guerra.
Finalmente, les ha servido para desarticular la UVE. Un proyecto que no tenía mucha sustancia pero que había logrado algo importante: sentar a los bomberos de las tres provincias para trabajar en un Consorcio Único. Sin un proyecto alternativo, los Consorcios seguirán atrincherándose en su provincias, a costa de aumentar sus presupuestos, renunciando a una coordinación autonómica eficiente.
Además, la sarta de bulos y medias verdades que se sueltan desde la tribuna han agotado toda su pólvora sin estallar. No hay nada detrás de todas las acusaciones vertidas. Es falso que se quisiera enchufar a mil personas. Lo saben perfectamente. Se presentó una RPT duplicada porque había una adaptación de puestos: estaban los puestos actuales y los mismos puestos, pero adaptando su nomenclatura y características al nuevo convenio que se había firmado. Quizás fuera un error de procedimiento, pero teniendo a 300 personas por estabilizar y a 200 bomberos forestales de refuerzo sin trabajar, nadie puede creerse algo tan burdo. Y lo más importante, si tantas irregularidades existen, ¿dónde están las denuncias a la fiscalía? ¿Por qué no hay nadie en el banquillo? En fin, un triste teatro mediático, sobre actuado, que sólo ha servido para arrojar sombras sobre un servicio esencial que necesita algo de luz entre tanta oscuridad.
El
problema es que las cosas no son tan fáciles y el Servicio de Bomberos
Forestales es un Servicio esencial que está
cobrando especial relevancia por el cambio climático. Venimos de actuar durante la DANA de 2019, la pandemia de 2020, la borrasca Filomena de 2021, los grandes incendios de 2022 que quemaron más de 30.000 Ha y del incendio de Villanueva de Viver de 2023 que se convirtió en el mayor incendio en invierno de la historia de España.
![]() |
2019: Dana |
![]() |
2020: Pandemia. Montando hospitales de campaña |
![]() |
2021. Temporal Filomena |
![]() |
2022 y 2023: Grandes Incendios forestales. En la foto, IF Bejís |
Y lo que parecía un plan perfecto, va a terminar por convertirse en un verdadero quebradero de cabeza para VOX, totalmente lego en los conflictos colectivos y que desconoce las consecuencias que puede alcanzar la batalla cuando lleguen los incendios de verdad y nos pongan un micrófono en cada intervención.
Porque es muy fácil exponer la nefasta gestión que se está haciendo y
entender la amenaza que supone continuar por la senda de los recortes y
la autodestrucción que ha iniciado el Consell. No
tiene sentido seguir por este camino, obstaculizando unas
reivindicaciones que tratan de imponer algo de sentido común al actual
escenario climático. Tarde o temprano alguien tendrá que arremangarse y
ponerse a trabajar en poner orden en este servicio, porque la realidad
es tozuda y persistente. Los inviernos de hoy son los veranos de ayer.
No se puede entender que siga sin actualizarse la plantilla, mientras
vemos como los inviernos se vuelven tan agresivos como los veranos de
antes y los temporales de lluvia y nieve son cada vez más virulentos.
Lo que planteamos supone apenas una gota en el océano presupuestario de la GV. Pueden seguir mirando hacia otro lado, pero van a tener que dar muchas explicaciones. Los bosques de hoy no son sólo un entorno bonito. Ahora también son un almacén de combustible. Escuchen a la ciudadanía que reclama proteger nuestros bosques, pero también que los protejamos de ellos cuando arden cerca de sus hogares. Recomendamos a la Consellera que escuche también a los que entienden de fuego. Lejos de ser una amenaza, somos la oportunidad de hacer las cosas bien. En sus manos está avanzar o retroceder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario